sábado, 9 de enero de 2010

Hokkaido - Sapporo   北海道 - 札幌

Hoy voy a empezar la primera de una serie de dos artículos dedicados a Hokkaido, la prefectura más septentrional de Japón. En concreto, hablaremos de su capital, la gélida Sapporo.


Sapporo desde el avión, cubierta de nieve

Primero, os pondré al corriente sobre Hokkaido. Se trata de una de las cuatro islas principales que conforman el archipiélago nipón. Hasta el siglo XIX, estuvo habitada por los Ainu, una raza indígena de cazadores que hablaban incluso otra lengua (el ainu) y al ser un territorio tan frío, los japoneses no se adentraron en él hasta comienzos de ese siglo.


Parque Ödori, con la torre de Sapporo al fondo

Tras la colonización de la zona (además de las islas más al norte, que aún se disputan con los rusos) en 1868, en pleno clímax de la revolución Meiji, se fundó Sapporo al año siguiente.

Sapporo destaca por su clima invernal, con nieves durante todo el invierno, lo que le otorga el privilegio de albergar una de las fiestas modernas más populares en Japón: el Festival de nieve de Sapporo (札幌雪祭り), que reúne a turistas de todo el mundo que llegan a la ciudad para admirar las relucientes estatuas de nieve e hielo que se exponen en el parque Odori (alucinantes, de verdad).


 Edificio Akarenga

Sus atracciones turísticas son muy variadas, a pesar de ser una región tan recientemente descubierta. Sin embargo, debido principalmente a esto, lo que observaremos dista mucho del Japón antiguo: la mayoría de los edificios se asemejan a las construcciones europeas y americanas del siglo XIX y comienzos del XX, pues los estadounidenses colaboraron en el diseño de la ciudad tras la revolución Meiji.

Destacaría el antiguo Edificio de Gobierno de la Prefectura, Akarenga (赤煉瓦), construido con ladrillo rojo, muy poco frecuente en Japón. Sus dimensiones, enormes para la época, pretendían demostrar el poder del gobierno Meiji en la región de Hokkaido. Tampoco puedo dejar pasar el barrio de Susukino, con un ambiente y un encanto que lo diferencia de otros barrios modernos de Japón; la torre de Sapporo, con unas excelentes vistas del mencionado parque Ödori (que en diciembre ofrece un mercado navideño muy parecido a los alemanes); un pequeño paseo hasta la montaña Moiwa-yama, que nos regala unas estupendas vistas de la ciudad, y el Ramen Kyowakoku (literalmente, la República del Ramen), el paraíso de los que degusten estos tipos de fideos.


Barrio de Susukino y la cerveza Sapporo

En cuanto al aspecto gastronómico debo decir que Sapporo es una auténtica delicia: el Ghengis Khan (plato de cordero), el ramen (sopa de fideos chinos) de miso, los restaurantes de cangrejo y, por supuesto, la famosa cerveza Sapporo ponen la guinda a esta región muy poco conocida por los occidentales pero que, sin lugar a dudas, merece la pena visitar.


 Menú de cangrejo



 Ghengis Khan


 Ramen de Miso

En la próxima entrada pasaremos a Otaru, una pequeña ciudad muy cerca de Sapporo que merece una mención aparte.

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